miércoles, 20 de enero de 2016

Ensayo

Ensayo: La Formación de Alumnos para el Futuro

Al paso de los tiempos hemos venido observando la forma en que nuestros alumnos aprenden, donde se han incluido varias reformas educativas o pactos en la educación para la mejoría del proceso de enseñanza-aprendizaje del país.
Durante los últimos años, la educación ha dado un giro importante en materia de inversión, pero lamentablemente el caso es que se ve mínimamente reflejada en el desarrollo de los docentes, ya que se basa en un aparataje políticos de construcción de escuelas sin brindar la mejor formación a los encargados de moldear a los alumnos con las capacidades necesarias que la sociedad amerita, es decir, que los educadores deben seguir formándose con sus propios recursos para ofrecerle un mejor aprendizaje a sus estudiantes.
En cuanto la formación de los alumnos para el futuro surgen algunas interrogantes que son factibles para el desarrollo de los mismos. Estas están explícitas a continuación: ¿Qué es lo que le llama más la atención a los alumnos? ¿Qué aporta la sociedad en la formación de los jóvenes para el futuro? ¿Cuáles actividades integran los docentes para alcanzar el desarrollo de los alumnos? ¿Aporta el MINERD los recursos necesarios para dicha formación? ¿Qué dota el sistema educativo a los docentes para la formación de sus alumnos para el futuro? ¿Están integrados los recursos tecnológicos adecuados en los centros educativos para tales fines? ¿Cómo podemos añadir valores a la formación de los estudiantes? ¿Están los docentes ofreciendo su mejor aporte en cuanto a la formación de sus alumnos?
 El aprendizaje es un proceso constructivo; las actividades que se realizan conllevan a una construcción individual y social de la realidad. En este proceso el sujeto estructura los contenidos informativos que recibe a través de las diversas formas en que se organiza el proceso de enseñanza-aprendizaje. La construcción personal pone de manifiesto las diferencias individuales en el aprendizaje, pero estas diferencias están mediatizadas por las relaciones de intercambio y colaboración que se producen en el marco de las clases, en la realización de tareas y otras actividades que se realizan en el colectivo de estudiantes. Estas formas de colaboración van transformando el ritmo individual de aprendizaje, se convierten en ayudas para ir elevando ese ritmo y alcanzando metas superiores.
El profesor debe ayudar al alumno a diferenciar entre los distintos niveles de formación profesional, para que pueda tomar una decisión más consciente e informada, entendiendo que puede estudiar en un Centro de Formación Técnica, Instituto Profesional o Universidad.
La tecnología debe favorecer el aprendizaje, el docente debe estar preparado para aceptar la multiplicidad de respuestas ante una pregunta, para escuchar las inquietudes que surjan en el grupo, para poder mediar en una discusión, para poder coordinar el trabajo, para poder mostrarse como alguien que no tiene una verdad única y que a su vez que enseña continúa aprendiendo y construyendo su propio conocimiento en la tarea cotidiana.
Los alumnos ya conocen el Internet, incluso dominan su uso en algunos casos con mayores conocimientos y facilidad  que los adultos, pero necesitan que se los encuadre y se les oriente en su uso. Introducir nuevas tecnologías en las escuelas no implica alfabetización tecnológica asegurada si no se acompaña de cambios organizativos en las mismas y en la formación de los maestros para poder adaptarse a la nueva sociedad de la información.
Para tal caso, algunos autores comparten sus puntos de vista acerca de cómo formar alumnos para el futuro con relación a las demandas del sistema y la sociedad, involucrando a las tecnologías.
Según (Hargraves, 2003: 10). ¨La escuela de la sociedad de la información no debe limitarse solo a ser una mera trasmisora de conocimientos, sino que debe también intentar compensar las desigualdades, fomentar el espíritu crítico, la capacidad para procesar y estructurar las informaciones y la imaginación. Para ello, se debe cambiar la concepción de la práctica docente; olvidarse de la obsesión compulsiva por la estandarización¨
Consecuente con esto, se debe olvidar el individualismo y la autonomía personal, convirtiendo a los docentes en comunidades profesionales de aprendizaje y redes virtuales y presenciales, donde los profesores se conviertan en guías para liderar este proceso de aprendizaje de sus alumnos.
Según (Mumtaz, 2000; Arancibia, 2002): ¨Progresivamente las TIC van formando parte del conjunto de recursos disponibles en los centros escolares, promoviendo así la incorporación de los estudiantes al mundo digital. Sin embargo, la integración pedagógica de las TIC en dichos centros, y especialmente en las aulas escolares, a menudo se ha constituido en un proceso complicado, problemático y aún no logrado¨.
Así también, la investigación en este campo reconoce en los profesores un rol fundamental en la innovación educativa actual y, por tanto, también en la incorporación curricular de las TIC. En estos estudios también se le atribuye al profesor un papel fundamental para lograr una integración pedagógica de las TIC, poniendo en evidencia que éstos son una de las claves para obstaculizar o favorecer dicha integración en los centros y en las aulas escolares. 
Para que un profesional se considere competente, desde nuestra concepción, no basta con lograr un desempeño eficiente sino que es necesario además que actúe con compromiso y responda por las consecuencias de las decisiones tomadas, esto ocurre justamente porque la competencia profesional como configuración psicológica compleja, integra en su funcionamiento elementos de orden cognitivo y motivacional que se expresan como una unidad reguladora en la actuación profesional.
En estos tiempos de desarrollo de las tecnologías es importante formar alumnos críticos que interactúen  con personas de otras culturas y desarrollen una mirada futurista sin fronteras en este mundo globalizado inferir en todas las formas posibles.
En conclusión, es importante también que los guíen para que puedan vincular el campo educacional con el laboral, explicándoles cuál será su rol en la sociedad, y revisen juntos las posibilidades de ingreso y empleabilidad que puede obtener con distintas opciones de formación profesional.
Los docentes deben informar a sus alumnos sobre el campo ocupacional de las carreras de su interés, y para ello pueden, por ejemplo, invitar a la sala a apoderados de distintas profesiones para que puedan compartir su experiencia.


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